Reflexión final de N.S., Cursante del Curso Online "Camino Espiritual Integrado"
¡Qué raro, inmenso, maravilloso e intenso a la vez es el hecho de volver a conocerme! Es como si se tratara de una persona que no me habían presentado antes… Mi verdadero Ser, mi verdadero Yo, una Luz que todo lo trasciende en mi interior, y no tenía idea de cuan poderoso era todo aquello… mi ESENCIA.
El Camino Espiritual que he iniciado y que no doy por finalizado, como sí el curso, es un viaje de ida, sin retorno; al menos yo elijo que así sea… Puede que me detenga a descansar bajo un árbol, puede que tropiece con algunas piedras en el asfalto, y me quede ahí… minutos, días o el tiempo que “racionalmente” resulte necesario, para luego volver a activar, volver a conectar, volver a confiar, seguir caminando, seguir creyendo y una vez más entregarme a la a-temporalidad, que es mucho más real y menos tedioso que ese reloj que nos vive corriendo a diario. Puede que me duerma, que aún existan baches, que la meditación no se haya convertido en un hábito que realice mañana y tarde; no obstante, cada día quiero y puedo un poquito más, cada día aprendo a vivir el hoy, aprendo a estar aquí y ahora conmigo, dejando que la vida fluya y me sorprenda con lo lindo y no tan lindo, pero siempre, positivo; pues en los malos tragos existe un trasfondo que nos impulsa a crecer, madurar, experimentar, sentir, sin mejor opción que la de levantarnos y seguir… Seguir, a mi entender, ya no siendo los mismos, estamos más cerca de quien somos en verdad, con la capacidad de tomar otras decisiones, de palpar determinadas situaciones pudiendo aceptarlas, pudiendo perdonar.
En lo que al curso respecta, no me enfocaré en una herramienta en particular. A mi entender todas son más bien sub-herramientas de suma importancia. Desde luego, con algunas me sentí más cómoda que con otras, pero de igual modo se fusionan en una Gran y Única Herramienta, y me conduce a un mismo destino: mi interior. ¡Cuánto tiempo he buscado afuera lo que sin sospecharlo estaba dentro mío! Tantos años repleta de miedos, queriendo Paz como si fuese un “algo a alcanzar”. Hoy comprendo que los miedos son fantasmas que yo misma he creado. Comprendo que la Paz siempre ha estado, siempre habitó en mí, solo que hoy doy lugar a que combata esos miedos que instalaron en mi mente su gobierno. Resalto una frase de la lectura del curso que me hace mucho bien recordar y afirmar: “Confía. Haz lo que tengas que hacer hoy. Está todo dado”, es la pócima mágica que disuelve mis preocupaciones diarias. ¡Sí, claro que me sigo preocupando!, ¡de un momento al otro no creo que nadie pueda transformarse en un sucesor de Buda!, si creo que con mucha incorporación de lectura, nutrición de conocimientos, práctica de hábitos, voluntad, y sobre todo AMOR, podemos alcanzar ese equilibrio y armonía que considero fundamentales para no abandonar el camino, y sobre todo para transitarlo felices y plenos.
En el momento que inicié el curso, iniciaba a la vez un duelo en mi vida. Me estaba separando de mi ex pareja. Con lo cual no me parece casual sino causal estar hoy aquí sentada escribiendo estas líneas… Era lo que necesitaba emprender y el Universo lo puso en mi camino. Tenía hasta aquel entonces, conocimiento de algunas sub-herramientas como Ho´Oponopono, que es para mí la más linda junto con Meditación, pero lo cierto es que no las ponía demasiado en práctica, y la teoría por muy bella que suene, por sí sola no conduce a nada. Finalmente repitiendo a diario esa maravillosa frase de cabecera: “Lo siento, Perdóname, Gracias, Te AMO”, pude volver a hablar con mi ex. Decirle ya no desde el orgullo, el enojo, el sufrimiento, el ego, sino desde el AMOR y la gratitud por todo lo que aprendí a su lado, que de corazón le deseo lo mejor, que es una persona maravillosa y aunque, desde luego, me cueste entender y aceptar la situación con todo lo que ello implica, estoy aprendiendo a hacerlo, y por tal motivo, me perdono y lo suelto. Seguido a ello, él me ha pedido perdón por el daño que me causó, a lo cual respondí que no tenía porque hacerlo, el daño me lo causé yo misma, dando lugar a acontecimientos innecesarios, insanos, dando lugar a una relación que de tan contaminada que estaba pasó a ser toxica para ambos. No, definitivamente no hay nada que perdonarle, si que perdonarme. Por el amor que bien o mal pude darle, de la manera en la que sabía amar en ese entonces, por el AMOR que hoy experimento desde otro lugar, desde otro enfoque; desde el alma, me libero y lo libero. Una vez más… “Confía, haz lo que tengas que hacer hoy, está todo dado.”
Este es tan solo un ejemplo, quizás el más importante y directo que encontré para describir lo que iniciar este camino produjo en mí. Desde luego, hay muchos otros aspectos. Desde luego, queda mucho por aprender y sobre todo por hacer.
Infinitas gracias por este despertar y el acompañamiento en mis primeros pasos hacia mi paraíso: mi interior.
Autora: N.S., Cursante del Curso Online "Camino Espiritual Integrado" dictado por Sebastián Alberoni
Meditación, Retiros Espirituales, Meditación de la Conciencia Pura, Ho'Oponopono, Camino Espiritual Integrado, Meditación So Ham, Sesiones Individuales... ver más