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Las condiciones del buen amor - Diálogos del Alma, por Sergio Sinay

Las condiciones del buen amor - Sergio Sinay

A continuación publicamos una de las consultas dirigidas a Sergio Sinay en su columna semanal "Diálogos del Alma" del Diario La Nación:

Señor Sinay: parece cuerdo decir que para tener una relación amorosa lo mejor es ser una persona sana y tratar con respeto a tu pareja. Así lo aseguran las personas que lo aconsejan a uno, y está en muchas películas, revistas y escritos sobre la conducta humana. Pero en el mundo real hay hombres amargados, irresponsables, egocéntricos, a los que no les falta pareja, y hasta llegan a casarse y a tener hijos. Esto desmiente a la verdad universal que dice que las mujeres buscan un buen hombre, afecto, consideración, etcétera. ¿Por qué tanta diferencia entre el ideal y la práctica? ¿Entonces no es necesario ser un buen hombre para estar con una buena mujer?

                                                          Mario Bravo

El buen amor, el que repara, el que da sentido a las vidas que toca, el que permite florecer a las potencialidades de quienes se aman, el que nos lleva a construcciones cooperativas en el camino de la vida y le da a ésta sentido, requiere ciertas condiciones. Son estas: 1) vivir en primera persona, no postergar las propias necesidades, sensaciones y sentimientos, porque nadie las encarará por mí; 2) respetar al otro como a un tú con sus propias necesidades y características, que no vino a este mundo a amoldarse a mis expectativas; 3) reconocer las diferencias que existen entre las personas, puesto que no hay dos seres humanos similares, y saber distinguir entre las diferencias irreconciliables (de valores, estructurales, de propósitos existenciales) y aquellas que permiten un trabajo cotidiano en común, para hacer de estas últimas el potencial del vínculo; 4) honrar los mutuos misterios (nada más alejado de un secreto o un ocultamiento), es decir, aquellas zonas propias o del otro que hacen a la esencia de cada uno, que no siempre tienen explicación y que no pueden violentarse; 5) aprender a aceptar, que no es sinónimo de tolerar, sino que significa dar por válido aquello del otro que no coincide con mi diseño y no pretender cambiarlo (más vale, para eso, cambiar de otro); 6) entender que el tiempo es el gran escultor (como lo llamaba la gran escritora francesa Marguerite Yourcenar, autora de Memorias de Adriano) y que él dará forma y volumen a la relación, puesto que ésta no viene dada; 7) comprender que el encuentro verdadero y profundo entre dos personas nunca es la consecuencia de una búsqueda premeditada, que no hay fórmula para acelerarlo, ni receta, ni mago que lo pueda provocar, sino que será el resultado de una alquimia generada al calor de la interacción: las personas primero toman contacto y después se encuentran (cuando se encuentran), y 8) la última condición es la responsabilidad, atributo que, cuando está presente y es consciente, permite responder por los propios actos, elecciones, palabras y decisiones sin pretender que sea el otro el gestor de nuestra felicidad o el culpable de nuestra frustración.

Si tomamos en cuenta estas condiciones, veremos que una relación de amor es algo más que un premio al buen comportamiento. Es una construcción plena de sentido y trascendencia, y no se define por sus formas. Que personas con valores endebles, con nula capacidad para registrar y honrar al otro y con prioridades utilitarias y egoístas tengan parejas y formen familias no tiene que ver necesariamente con el amor. Si quienes las envidian pudieran asomarse al árido corazón de esas personas y a la tierra emocionalmente yerma de sus parejas y de las familias que a menudo edifican, seguramente no querrían estar allí. Los simulacros de amor no son gratuitos, aunque lo parezca, y sus costos espirituales y afectivos se presentan bajo la forma de insatisfacción vital, de angustia perenne, de ansiedades sin destino, de vacío existencial. Que las formas suelan ocultar estos costos no significan que los mismos no se paguen.

Lo que nuestro amigo Mario llama verdades universales son, probablemente, creencias culturales. A veces esas creencias nos hacen confundir ilusiones con realidades o nos llevan a recostarnos en la idea de que si respetamos ciertos mandatos (que, efectivamente, películas, libros, revistas, escritos, telenovelas, consejos al paso y otros medios suelen reforzar) seremos premiados con un final feliz. En mi opinión, la cosa pasa por ser consecuente con una forma de vivir, con los valores y actitudes que la sostienen y le dan sentido, y confiar en que el encuentro amoroso verdadero, con alguien real y no ilusorio, será punto de llegada en ese camino existencial antes que un punto de partida. Será también, en su momento, el fruto de la atención a las condiciones que el buen amor pide. Y conviene repasarlas, porque es todo lo que pide.

Autor: Sergio Sinay
Sitio web:
www.sergiosinay.com
Mail: sergiosinay@gmail.com

Etiquetas: Relación de pareja Amor Sergio Sinay


Comentarios: (nota: se muestran primero los comentarios más recientes)
  1. norberto ghiringhelli   27-04-2015 15:12hs - país: Argentina
    no es la primera vez que me sucede, (que esto no quede solo en halago) al escuchar al sr. Sinay se conmueve mi mundo interno, no es algo al pasar, lo que dice y como, me obliga placenteramente a pensar aunque no lo quiera, no es comun y lo agradezco me propone en su dialectica el a veces olvidado placer de aprender a aprender, muchas gracias por eso....
  2. Silvia   01-12-2013 18:18hs - país: Argentina
    Qué gran verdad! esto que"los simulacros del amor no son gratuitos", realmente el que los ha pasado sabe lo que se sufre.
    Leer las reflexiones de especialistas como Sinay, ayuda muchísimo a la hora de salir de esa situación enferma
  3. Mónica Inés   08-04-2013 13:04hs - país: Argentina
    Las palabras del Sr. Sergio Sinay son siempre leídas y pensadas por mí, pues enriquecen la formación de un alma y ser en el BIEN. Considero que son una impecable entrega esperada cada vez que las vierte. Infinitas gracias.
  4. Rosalinda   25-10-2012 02:05hs - país: Argentina
    Gracias SERGIO SINAY por esta columna. La encuentro muy interesante. Me la recomendo una amiga. Soy una Esquelense viviendo en Buenos Aires. Mis respetos...ROSALINDA PICON.
  5. Maristela   06-03-2011 21:16hs - país: Uruguay
    Jaime Barylko, se hace un planteo muy similar al de Mario Bravo.
    "Si tenemos todos tan claros los valores, cualidades y virtudes, que hacen a la dignidad humana, ¿por qué fallamos tanto a la hora de ponerlos en práctica?"
    Es una pregunta muy lógica: en todas las sociedades se percibe.
    Y el propio Barylko, que se adentra en la filosofía-religiosa, con ánimo de aclarar los nudos del auto conocimiento, llega a la conclusión:
    "Lo que sucede es que tomamos modelos equivocados."
    ***
    Sucede en parejas con órdenes vitales distintos, a la mayoría, que si "pretenden encajar", en las 'sanas costumbres', consensuadas y "bien vistas" por el común de la sociedad, acaban alterando su propia armonía interna.
    Pues son relaciones basadas en formas de ser complementarias, pero que ninguna de ellas se ajusta a los parámetros y comportamientos predecibles.
    (Constatados dentro de los mismos cuadros generacionales).
    ***
    Parafraseando a un Guía de Encuentro Matrimonial: "Lo importante es que la pareja funcione bien desde sí misma... y no para complacer a los que la miran desde afuera."

    En este sentido, creo que se pueden encontrar las variantes más interesantes, al respecto.
    Si uno se atreve a saltearse el libreto, y dejarse guiar por la intuición, tiene más chances de acortar camino, que si calcula todos los pormenores, pero la voz del corazón, le sigue diciendo: "no".

    +++
    Aprender a oír con atención la voz de los propios sentimientos, hasta la comprensión y aceptarlos sin más: implica asumir que el Amor, es en gran medida, la voluntad de quien quita la maleza, siembra cuida, protege y cultiva con paciencia. ¡Es una forma de sentir en común, pero es también mucho más que deslizarse en lancha por la superficie siempre lisa del agua! ...
    ***
    Existe una concordancia en cuanto a la madurez espiritual de dos almas, que asumen sendos contratos, con propósitos afines.

    En total concordancia con Sergio Sinay, considero que
    DE ANALIZARSE EN PROFUNDIDAD, ES UN TEMA QUE CARECE DE FONDO... ILIMITADO.
  6. alejandra   03-03-2011 20:21hs - país: Argentina
    hola,
    que homenaje tan lindo ,sera para recordarlo y recomendarlo saludos.
  7. nora   02-03-2011 19:40hs - país: Argentina
    que homenaje al amor,,no hay palabras para agregar,,un enorme agradecimiento a sergio sinay que expresa tan maravillosamente lo que muchos sentimos.
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