Feng Shui Clásico
El Feng Shui es una práctica milenaria que se origina al aplicar al espacio la cosmovisión China del tiempo y el espacio y su base, en la filosofía del I Ching: el libro de los cambios (Liu, 1999).
Feng Shui, que significa literalmente: viento y agua, corresponde a una denominación moderna de una práctica denominada Kanyu, (Kan: lo sutil e intangible, Yu: lo visible y tangible) que refiere al cielo y la tierra en constante interacción, como escenario para la vida del hombre. Esta interacción o fuerza en movimiento es lo que los chinos denominaron el TAO que significa “vía”, “camino” o “sentido natural” (Wilhelm, 1975; Green, 1999).
Esta disciplina, que emerge en la antigua China, hace un poco más de 2000 años atrás, durante la dinastía Han, se ocupaba de atesorar lo más óptimo del ambiente para promover la vida: el Sheng Qi o energía vital.
¿Qué es el Qi?
"Vaho que despide el grano después de la lluvia"
Hálito, vapor, aliento, aliento vital, esencia vital, esencia liviana y sutil, energía, vitalidad."
“Entre el cielo y la tierra están los Qi del Yin y el Yang, que constantemente nos bañan, tal como el agua baña a los peces. Su diferencia con el agua es aquella entre lo visible y lo invisible”. (Dong Zhongshu, Chunqiu Fanlu, traducción de Enzo Cozzi, 2001)
El Qi desciende del cielo y se atesora en la tierra, e igualmente en nuestro cuerpo, particularmente en los huesos, lugar en que heredamos y atesoramos el Qi de todos nuestros ancestros. Por esto, los chinos se preocuparon de atesorarlo, retenerlo, y conservarlo, construyendo espacios especialmente diseñados para este fin: yangzhai “moradas yang”: viviendas para la vida y la longevidad; y también yinzhai “moradas yin”: sepulcros y tumbas para los muertos, pues en los huesos de los ancestros se atesoraba el Qi que habían recibido y por esto le destinaban un sector auspicioso para su entierro, con el fin de que descansaran en paz y cuidaran su descendencia y prosperidad (Green, 1999).
Hoy en día el Kanyu o Feng Shui se centra en el mundo de los vivos y consiste entonces, en la determinación y elección de las mejores condiciones para vivir saludablemente, es decir, donde se atesora el Qi.
Los chinos comenzaron estudiando la geografía para determinar los lugares más auspiciosos para vivir o enterrar a sus ancestros. De esta manera, surgió la geomancia china, que se concentró en el estudio de las cualidades y características de la tierra, su topografía, las montañas, los valles, los ríos y cursos de agua subterráneos para predecir la idoneidad de un terreno con la finalidad de nutrir y prolongar la vida. Así surge, durante la dinastía Qin (221-207 a.C.) la labor de buscar las “venas del dragón” y el Xue o “perla del dragón” donde se concentra el Qi vital irrigado por sus venas. Estas venas aluden al carácter animado y sagrado que poseen los planos escabrosos de las laderas de las montañas con sus arroyos de agua y vertientes que descienden tras los deshielos por ellas.
De esta manera, en la China las construcciones siempre se orientaban al sur, ya que hacia el ecuador las casas recibían mayor luz y calor conforme se orientaban a seguir el recorrido del sol. Igualmente eran ubicadas bajo la ladera de una o varios cordones de montañas, las cuales cumplían un rol de protección y respaldo para la retaguardia de la casa, a la vez que las casas se abrían hacia su fachada delantera, incluyendo un patio interior de luz llamado “Ming Tang” o sector luminoso para que entrara la luz. Idealmente la fachada delantera tenía vista a un lago o al curso ondeante de algún arroyo o río a modo de que en dicha zona pudieran desarrollar la agricultura. Hacia los lados las casas estaban protegidas por montes o bosques que servían para resguardar el sector de los vientos. Esta lógica es la que se utiliza y recrea al interior y exterior de un hogar construido con Feng Shui, la sensación de abrigo y cobijo, de protección sin encierro, de apertura sin extrema exposición, de movimiento, pero suave. Un equilibrio entre las fuerzas yin y yang, la moderación, el Tao del hombre y del espacio.
En lo que respecta a las configuraciones una de las leyes más importantes es la ubicación, orientación e 
identificación de dos puntos de referencia: “el respaldo” y “la faz”, que aluden a la montaña y el lago, pues son fundamentales en Feng Shui, ya que se utilizan para determinar si el espacio está en sintonía con el destino de sus habitantes y a su vez, para determinar los efectos que tienen las estrellas y movimientos planetarios al interior del hogar.
Ya en la dinastía Han del oeste (206 a.C. – 24 d.C.) aparece la visión integrada entre los estudios de la geomancia (tierra) y la astronomía (cielo) en interacción, asociados a la construcción bajo el nombre de Kanyu.
Para esto, se comenzó a utilizar el Luopan, una herramienta imprescindible en Feng Shui, que consiste en una brújula que permite identificar los puntos cardinales e intercardinales, rodeada de múltiples anillos que contienen información astronómica como los solsticios y equinoccios; movimientos solares, planetarios y fases lunares; constelaciones estelares, presagios dados por el oráculo del I Ching, horas del día, días del año y sus estaciones e información relativa a la tierra como los agentes y fuerzas dominantes y mucha otra información necesaria para alinear la tierra con el cielo y mediante ello, promover el Sheng Qi y entonces, la prosperidad y la longevidad en la vida del hombre.
Durante la dinastía Shang (1700 - 1027 a. C.) el rey Ji Chang popularmente conocido como el Rey Wen, fue encarcelado en una gruta dado los celos que despertó su conducta ejemplar en el emperador Di Xin. La leyenda cuenta que durante los siete años que duró su encierro, el rey Ji Chang meditó profundamente sobre los signos trigramáticos transmitidos por el antepasado Fu Xi, articulados según una ordenación llamada «Anterior al Cielo» (xiantian), y descubrió una nueva ordenación de los trigramas basada principalmente en la sucesión de las estaciones, que pasaría a llamarse «Posterior al Cielo» (houtian).Su método consistía en superponer dos trigramas; así obtuvo 64 combinaciones, a las que añadió unos breves textos conocidos como tuan, «dictámenes» lo cual sentó las bases para el libro más relevante de la historia china: El Yijing o I Ching. Esta gesta intelectual convertirá al preso rey Ji Chang en un héroe nacional chino, ejemplo de ética y moral, y por este motivo se le otorgará el nombre ceremonial de Wen Wang, el Rey Civilizador o Rey que comprende las configuraciones o escrituras.
¿Qué beneficios brinda el Feng Shui?
Estos 8 trigramas que conforman el diagrama sagrado conocido como Houtian Bagua, el cual es la base para el Feng Shui, esta asociado a 8 aspiraciones humanas, las cuales son apoyadas astronómica y geográficamente por el Qi cuando se efectúa, profesionalmente, una asesoría en Feng Shui.
De esta manera, el Feng Shui es útil, además de brindar armonía, experiencias estéticas, y bienestar psicológico dentro del hogar, para trabajar y apoyar mediante el espacio distintas necesidades humanas como son: la salud, la creatividad, la abundancia, el reconocimiento, los vínculos interpersonales, la orientación al logro de los proyectos, la comunicación con el entorno, la intuición y la estabilidad. Todas estas, necesidades que se desprenden de los 8 trigramas básicos del libro de los cambios y el oráculo el I Ching en el Houtian Bagua.
¿Cómo ocurre esto?
Para los chinos el Tao del hombre es como el Tao del resto de los seres vivos. El árbol no debe hacer esfuerzos para recibir agua, minerales de la tierra y sol para crecer. Tampoco para florecer y madurar, ya que el viento y las aves propagan sus semillas. Análogamente, el hombre, al sincronizar su entorno con la naturaleza y sus ciclos, recibe igual apoyo en su Tao, en su “camino evolutivo o curso natural”. Esto es lo que promueve el Feng Shui, al emular en su hogar a la naturaleza y sintonizar el movimiento con los ritmos de los astros, recuperar la conexión natural que hemos perdido con la cultura y la tecnología.
¿Qué dice la ciencia occidental al respecto?
La ciencia que le compete estudiar la relación del hombre (comportamiento, emociones, pensamientos, significados) con el ambiente es la Psicología Ambiental. El espacio es un sistema abierto en el cual existe una interdependencia reciproca entre el hombre y su entorno, entre observador y objeto. De esta manera, el espacio que nos rodea es un reflejo de nuestro interior y a su vez, nuestro interior se refleja en el exterior. Basta entrar a una casa para advertir lo distintas que son y cómo éstas reflejan la identidad de sus dueños.
Esto ocurre dado que el espacio guarda una íntima relación con la identidad y por ende, con la salud mental y física, ya que la psiquis establece una interacción y un diálogo continuo con los diversos elementos que dan cualidad y configuran el espacio que habitamos. Este diálogo va reforzando un mensaje, positivo o negativo, estimulante o estancador, y por ende, condicionando nuestro pensamiento, nuestras emociones y nuestro comportamiento diario. Este fenómeno que acontece en espacios como el dormitorio, el hogar, el barrio y la ciudad va configurando un sentido de identidad, cuyo núcleo puede ser sano o bien un nicho para reacciones desadaptadas, mórbidas, e inapropiadas.
Es por esto que antes de aplicar un Feng Shui, lo primero que hago es un sondeo clínico respecto a la identidad (símbolos y significados intrapsíquicos) sistémico (dimensión social) espacial (fisico) antes de intervenir el espacio de cada persona y su grupo familiar, pues la intervención no tiene ningún sentido si no se ha hecho un anclaje entre el psiquismo, las emociones y la conducta dentro de un escenario de desenvolvimiento diario: LA CASA.
A veces, para cambiar y avanzar, se necesita algo más que desarrollar recursos personales y hacer uso de la voluntad, sino que es necesario extender las intenciones al contexto cotidiano, por ejemplo, un apoyo simbólico del espacio que de continuidad a la los objetivos personales en el espacio donde se desarrolla la vida . En este marco es que se insertan las intervenciones espaciales.
Por ejemplo, me he encontrado con pacientes depresivos que mantienen su casa descuidada: oscura, sin ventilación, en desorden y con falta de estimulación, lo cual refuerza su estado interior (el asa como reflejo de la identidad). Estas cualidades que en Feng Shui diagnosticamos como “Yin” o en nuestro lenguaje describimos como “deprimentes” hacen que el organismo reciba menor apoyo sensorial y por ende menor activación su sistema nervioso central, es decir factores de mantenimiento o agravantes para un episodio depresivo mayor. A su vez, como mencioné, esto es un reflejo del estado interno y entonces para resignificar su historia y los recuerdos que a diario le condiciona el espacio, es conveniente explorar su espacio y sugerir cambios... aquí es donde se integra la Psicología Ambiental-Clínica con el Feng Shui.
¿En qué contextos se puede realizar una asesoría espacial en Feng Shui?
Remodelar, decorar o sanar su hogar u oficina.
Evaluar la topografía de un terreno antes de construir (ir a favor de éste)
Diseñar su jardín y evaluar los cursos y drenajes auspiciosos de las aguas en su terreno.
Evaluar u orientar un proyecto arquitectónico.
Apoyar su salud física y mental mediante la acupuntura espacial y la aromaterapia.
En el caso de una empresa: mejorar la productividad, el clima laboral, el bienestar de sus trabajadores o la imagen - identidad corporativa.
¿Qué necesita para poder realizar la asesoría en su hogar o lugar de trabajo?
1. El plano de su casa, departamento, empresa, local comercial, oficina o terreno (idealmente el plano arquitectónico o de otro modo se puede trabajar con un plano a escala no profesional, lo importante es que mantenga las proporciones entre los distintos espacios).
2. Las fechas y lugares de nacimiento de cada una de las personas que vive o trabaja en el lugar.
3. Mencionar objetivos esperados, necesidades y anhelo. Igualmente problemas y antecedentes clínicos - mórbidos relevantes (personales o familiares).
Asesorías a Distancia:
1. Deben enviar el plano escaneado indicando el norte geográfico.
2. Fotografías del lugar y sus espacios.
Autor: Nicolás Pierry
