por Juan Ignacio Garzón
¿Nos hemos preguntado alguna vez qué es lo que diferencia nuestra individualidad o nuestro Yo, de la individualidad o del Yo de otro ser humano? Yo me lo he preguntado desde chico, al observar un otro, con sus circunstancias, sus problemas, su vida, y preguntarme por qué veo tan importante la búsqueda de mi propia felicidad, y por qué cierto chip, que le puedo poner el nombre de "consciencia individual" me ha separado de la del otro.
Una gran distorsión que se observa en este momento es el individualismo. Y pienso que esta distorsión se trata de una manera de vincularse con otra individualidad.
Desde ya que no se trata de que en la balanza los demás tengan mayor peso que nosotros mismos. Creo que se trata de que no haya balanza. Eliminar esta balanza es un enorme acto de valorización y sanación, individual y colectiva.
Puede ocurrir, que en este momento donde la competencia rige tanto las relaciones humanas, y daña en determinados ámbitos laborales e incluso en las familias, no encontremos cómo aplicar el concepto de unión con el otro. Creo que el punto de partida es cambiar la manera en la que observo al otro. Si lo observo como un competidor, ¿qué puedo pretender que ocurra?
Dejo a modo de reflexión este bellísimo cuento relacionado con este tema.
Había un agricultor que producía un maíz de altísima calidad, reconocido en su zona por ser ganador de varios premios. Cada año concursaba con su maíz en la feria del estado, en la que ganaba honores y premios.
En una ocasión lo entrevistó un periodista y aprendió algo interesante acerca de cómo crecía el maíz. El reportero descubrió que el agricultor compartía su semilla de maíz con sus vecinos.
- "Pero, ¿cómo puede darse el lujo de compartir sus mejores semillas de maíz con sus vecinos cuando están poniendo a competir el maíz de ellos con el suyo cada año?" -preguntó el reportero.
-"¿Por qué, señor?" -dijo el granjero- "¿usted no lo sabe?: el viento levanta el polen del maíz maduro y lo transporta de un campo a otro. Si mis vecinos cultivan un maíz de calidad inferior, sub-estándar o de mala calidad, la polinización cruzada paulatinamente degradará la calidad de mi maíz. Si quiero recoger un buen maíz, debo ayudar a mis vecinos a que cultiven también un buen maíz".
El granjero le dio una maravillosa visión sobre la conexión de la vida: su maíz no puede mejorar a menos que el maíz de su vecino también mejore; el éxito y la felicidad personal es el éxito y la felicidad colectiva.
Para estar en paz con uno mismo hay que estar en paz con los demás, para ser feliz uno mismo hay que hacer felices a los demás.
Autor: Juan Ignacio Garzón, del Equipo de www.caminosalser.com
- nidia chaves
03-01-2017 04:45hs - país: Italia
Muy interesante esta historia,porque verdaderamente los campesinos,aunque si son humildes ,y puedan ser pobres,Ellos tienen una gran sabiduria,son muy sabios,estan siempre en contacto con la tierra,y esto los enriqueze mucho,porque todo lo que siembran lo hacen con tanto amor,y no usan pesticidas y venenos que puedan danar los hortajes y frutos,los campesinos pueden ser maestros para Nosotros,porque nos pueden ensenar tantas cosas.que ignoramos.
muchas gracias a Ustedes por estos temas .BENDICIONES A TODOS.
Nidia Chaves.
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