"Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo y a los dioses". Este adagio de la tradición hermética, inspirado en la sentencia inscrita en el templo de Apolo en Delfos, resume la tarea de todos los advaita-vada (doctrina de la no-dualidad). El vedanta advaita es, en esencia, una invitación al conocimiento de nuestra verdadera identidad. Su objetivo no es otro que la superación de la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza, una ignorancia que es, en sí misma ―Atman es Brahman― ignorancia de la realidad.
Una de las prácticas recomendadas en la tradición advaita para despertar del olvido de nuestra naturaleza profunda es el atma-vichara o "indagación en la naturaleza del yo". Esta indagación no ha de ser confundida con un mero auto-análisis o auto-observación psicológicos, pues su objetivo último no es el conocimiento del yo empírico, sino del Yo metafísico, del Ser como fuente y raíz de la propia subjetividad y de todo lo que es. Si el conocimiento de sí del que nos habla todo advaita-vada fuera un mero auto-examen psicológico que no quebrara los márgenes de nuestra individualidad, poco sentido tendría la máxima citada inspirada en la inscripción de Delfos, o la sentencia análoga de la Mundaka Upanisad: "Conoce en ti aquello que conociéndolo, todo se torna conocido".
El atma-vichara es una pesquisa no intelectual que tiene como eje la pregunta: "¿Quién soy yo?"; su práctica consiste, básicamente, en un estado de observación pura, de atención alerta, que permite advertir la ordinaria excentricidad de nuestro estado ordinario de conciencia, su tendencia constitutiva a confundirse con sus contenidos; esta comprensión permite que la conciencia retorne a sí misma, a su propia fuente, y se manifieste en su verdadera naturaleza, como Conciencia pura. El atma-vichara invita, en otras palabras, a reorientar la atención desde las experiencias hacia el experimentador, desde los pensamientos hacia la fuente de la que brotan, desde los contenidos cambiantes de la conciencia hacia la Conciencia pura en sí.
El atma-vichara nos revela que no somos esencialmente el cuerpo, ni nuestros pensamientos, sentimientos, experiencias, etc., pues éstas son realidades cognoscibles y experimentables, mientras que la conciencia que atestigua todo ello no es un contenido particular de experiencia entre otros, sino el factor supra-objetivo mismo que los sustenta. "‘Yo soy’, pero no soy ‘esto’ ni ‘aquello’", pues ninguna atribución objetiva compete al Sí mismo real, vivenciado de forma inmediata como presencia lúcida, como sentido puro de ser sin atributos. El movimiento de la auto-indagación adopta, de este modo, una metodología negativa, lo que el advaita denomina neti-neti (ni esto, ni aquello): "No soy esto o aquello, porque no soy ningún contenido objetual, nada cognoscible o experimentable".
"Yo no soy el cuerpo, ni los sentidos, ni la mente, no soy el sentido del yo [individual], ni el conjunto de las energías vitales ni tampoco el intelecto (...) Yo soy el Sí mismo íntimo, el testigo eterno" (Samkara).
Esta vía negativa contiene dos momentos internos:
―Viveka: la discriminación o el discernimiento entre lo falso y lo verdadero que se logra cuando se ve lo falso como falso ―en el caso que nos ocupa, cuando se advierte que no compete al Sí mismo ninguna calificación o determinación―.
―Vairagya: el desapego o el abandono de las falsas identificaciones. Este desapego no es el resultado de un acto volitivo posterior a viveka; es idéntico a esta última, pues acontece espontáneamente en la comprensión directa del sin sentido de la auto-identificación con ciertos objetos o rasgos objetivos, de la confusión de éstos con el Sí mismo real.
Lo que el atma-vichara advaita propone es, a través de viveka-vairagya, de la discriminación entre lo verdadero y lo falso y del desapego de toda atribución objetiva (neti-neti), llegar a ser uno mismo sin más, sin ningún intento de auto-identificación o auto-descripción. En palabras de Nisargadatta:
"Para ser, no debe ser nadie".
"Abandone toda idea sobre sí mismo y simplemente sea".
"No se dé nombre ni forma. En la oscuridad y el silencio la realidad es encontrada".
Autora: Mónica Cavallé, extraído de su libro "Filosofía y dolor", Tecnos, Madrid, 2006.
Sitio Web: http://www.monicacavalle.com
Fuente original: http://www.advaitainfo.com/textos/auto-indagacion1.html
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