Escribe desde Estado de Mexico, Mexico, Erika
Yo nací en 1982. Nací con un perfil que a mis padres les fue difícil manejar, para mi era difícil lo que para ellos era fácil y viceversa. No conocía el concepto de miedo, no lo entendía y mucho menos manejaba el “No”. Para mi aun no existe la negación, todo debe ser posible. Siempre crecí con esa idea, no se de donde la obtuve... y jamás pude aceptar las imposiciones que no tuvieran alguna explicación.
Desde pequeña leía aforadamente la enciclopedia y el diccionario, o libros de medicina y metafísica buscando respuesta a comportamientos del ser humano que simplemente no entendía como la tristeza y el rencor o la misma felicidad.
Tenía ataques de tristeza incontrolables que coincidían con la aparición de desastres naturales y/o catástrofes como temblores o guerras.
En mi adolescencia la rebeldía se hizo notar, pero nunca fui mal en la escuela. Siempre me fue demasiado fácil aprender y realizar cosas nuevas. Siempre con los mejores promedios, con el tiempo me sentía cada vez más fuera de lugar. A mi mama le daba miedo mi forma de ser e intentaba refrenarme con temores ante cualquier decisión que estuviera por tomar.
Con el tiempo descubrí que tenia la capacidad de curar mi cuerpo con la imposición de manos y que me era muy fácil recuperarme de intervenciones y/o accidentes, pero mi sensibilidad también se ha ido agudizando... si estoy cerca de alguien que está muy triste o demasiado cargado, se me eriza la piel y me dan ganas de llorar.
No soporto ver ningún tipo de injusticia ni siquiera en una película.
Durante el último mes mi mente fácilmente se separa de mis actividades cotidianas como si fuera autista.
No puedo dejar de pensar y sentir todo... siento en mi piel cargas de energía sobre todo en los pies y en las manos, y me siento realmente agotada por las noches y con mucha energía durante el día....
Por favor podrían decirme si esto les suena coincidente con los perfiles de niño Índigo. A mi me parece que si, pero mi opinión no deja de ser subjetiva.
Esta fue nuestra respuesta:
Hola Erika, gracias por escribirnos, soy Nancy editora del Portal.
Ser índigo o no, son terminologías que definen a las personas con ciertas características, pero no es algo que debe hacerte sentir preocupada o superior o inferior a los demás. Todo esto puede ayudarte a entender comportamientos tuyos frente a determinadas personas o situaciones, a tenerte paciencia y entender a los demás también.
Si queres llamarlo así, hoy en día "índigo" son la mayoría, pero lo verdaderamente importante no es el termino "índigo" sino poder encontrarse a uno mismo, ser consientes de lo queremos y a donde queremos llegar.
Te recomiendo que leas los contenidos de la "sección índigo- cristal" que esta en el Portal: https://www.caminosalser.com/indigocristal/ .Seguramente lo que leas te ayude con tus dudas y preguntas.
No te sobrecarges, viví tu edad, eso es lo mas sano para todos!
Cuidá con la misma intensidad tu cuerpo, mente y Alma.
Un gran abrazo!
Nancy
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Escribe desde Argentina, Patricia
Tengo dos niños con características similares a todo lo que he leído, aun así no me alcanzaría el tiempo para contar lo que me sucede con estos dos amores, Marina de 11 y Franco de 7 años.
Todo me parecía que lo hacía mal con ellos, pero después de un tiempo de recopilar información me di cuenta de quienes eran. Ahora mi pregunta es si hay actualmente adultos con dichas características.
Si alguien me pudiera responder lo agradezco desde el corazón.
Esta fue nuestra respuesta:
Hola Patricia, soy Nancy editora del Portal.
Gracias por contarnos tu anécdota.
Si, hay adultos con dichas características, todos con la misión de trabajar en ellos mismos y con el entorno.
Me alegro mucho por tus ganas de ser una madre conciente y realmente ocupada en darle lo mejor a sus niños.
Muchas gracias, porque lo que vos haces por ellos lo haces por todos.
Un afectuoso abrazo!
Nancy
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Escribe desde Argentina- Entre Rios, Maribe
Soy docente y mamá de un niño con discapacidad invisible a los ojos. Es un niño que nació prematuro y fue oxigeno dependiente. Este año le diagnosticaron TDAH.
Yo como docente me he perfeccionado haciendo cursos, pero veo que le cuesta ser independiente, sociable, tiene miedos y creo que si Dios me dio la felicidad de tener un niño diferente necesito ayudarlo. Mi familia no entiende y discrimina a estos niños.
Espero su respuesta, saludos.
Maribe
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Escribe desde Bilbao (Estado Español), Maite
¡Hola!
Os escribo desde "el otro lado del charco" porque me identifico con muchas de las características de los niños digamos "especiales". Actualmente tengo 42 años y un niño de 8 que siempre ha exhibido características también "especiales". Yo de pequeña era extremadamente tímida y sensible; cuando fui a Parvulario, con 4 años, no me relacionaba con nadie porque me daba pánico que se fijasen en mí. Prefería hablar con personas mayores y las maestras les decían a mis padres que parecía mucho mayor que lo que decía mi edad cronológica. Al aislarme de mi entorno, lo centré todo en los estudios y siempre fui una alumna brillante. De pequeña, antes de entrar en la escuela, era terriblemente "trasto" y siempre estaba creándole quebraderos de cabeza a mi madre. Cuando entré, sin embargo, cambié el "chip" y me volví inhibida, hipertímida y sin amigas. Algunas niñas, creo que por celos respecto a mi rendimiento, me sometían a lo que ahora se ha dado en llamar "bullying" y yo no podía defenderme porque me encontraba aislada. He de decir que nacía en el seno de una familia bastante desestructurada en cuanto a la relación de mis padres, aunque materialmente, siempre dentro de unos recursos limitados, nunca nos ha faltado de nada. La verdad es que siempre he sentido que desencajaba, no podía comprender cómo yo veía tan profundamente las motivaciones psicológicas de muchas conductas de gente a mí alrededor y a los demás, por así decirlo, "se las daban con queso", mientras que yo casi siempre acertaba. Siempre he sido una niña muy profunda y desde los 10-12 años he tenido problemas existenciales que me hicieron cuestionarme la educación religiosa -obligatoria en aquellos tiempos de los últimos años del régimen de Franco- que había recibido.
Con mi hijo hemos tenido problemas desde que era pequeño: le costó mucho andar -no lo hizo hasta los 18 meses- pero nunca se dejó, como el resto de bebés que le agarráramos primero de las dos manos, luego de una hasta soltarse. Le llevamos al neurólogo porque su perímetro craneal excedía en algo más de un cm. lo estipulado, después de una ecografía y de otra prueba más que ya no recuerdo, no salió nada raro. Siempre fue un bebé muy bueno y pacífico; una vez que estaba enfadada y preocupada a la vez y lo tenía en mis brazos, con tan sólo tres meses y medio me miró y me hizo en su lenguaje la típica interjección de ánimo, sonriendo y mirándome fijamente a los ojos. De los 2 a los 4 ó 5 años era tremendamente movido. Nos han estado "mareando" desde los 3 ó 4 años de que "no era un niño como los demás" pero para que nos concedieran horas extras de apoyo escolar y siempre dándonos nefastos informes sobre él porque, al parecer, iba "más lento" que los demás. Vamos, que nos estaban diciendo que era "tonto" pero sin decirlo, digamos que lo que hoy en día es políticamente correcto pero que una madre sabe leer entre líneas. Le hemos cambiado de centro y le han hecho, por los nefastos informes del centro anterior, repetir. Parece que en el actual tienen más sensibilidad y vocación por los niños que son diferentes y por hacerlos aprender como al resto. Imaginaos, un calvario, lágrimas y disgustos después de cada reunión con las profesoras del centro anterior. Le decían que estaba en su mundo, que se distraía con facilidad, que se movía demasiado poco, etc., etc. Sin embargo, él nunca ha tenido problemas de sociabilidad y se ha adaptado perfectamente al nuevo centro, aunque le encuentro más llorón y sensible porque todavía no está en su terreno y debe ir ganando confianza poco a poco. Tiene una intuición y una imaginación increíbles y yo creo que funciona mejor con el "lado derecho" que con el izquierdo, por eso presenta problemas de aprendizaje. No hace más que repetir que quiere ser inventor y yo, desde luego, le aliento ¿quién sabe? En dos Navidades en Noche Vieja, cuando estábamos brindando el brindis de él fue: "por la paz". Y cuando un día echó una moneda en un pozo que le dijimos que era el "pozo de los deseos", ¿sabéis lo que deseo?: ni Nintendo, ni ir a Eurodisney, ni nada, pidió "ser feliz para siempre". En fin, perdonadme si me he extendido pero creo que si yo he sido, digamos índigo o algo así, es normal que mi hijo sea también algo especial, ¿no? Como se suele decir: "de tal palo, tal astilla".
Esta fue nuestra respuesta:
Hola Maite!, aquí te escribe Nancy, de este "lado del charco", soy la editora del Portal.
Muchas gracias por tu dedicación y tiempo en contarnos sobre vos y tu niño.
Todos los niños hoy en día son especiales y vienen a "sembrar" a la tierra.
Me alegro mucho que hayan encontrado una institución donde lo escuchen y esperen su propio tiempo.
Hay mucho por aprender de estos niños!
Un afectuoso abrazo!
Nancy
AGRADECEMOS A TODOS DESDE EL CORAZON!
(si desean comunicarse con ellos, escribannos mediante la página de contacto solicitándonos sus emails)
Si queres contarnos alguna anécdota ingresá aquí:
Propuesta CaminosAlSer para padres y/o familiares de Nuevos Niños: www.caminosalser.com/indigocristal/index.php?id=137
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